Ayyy que me he levantado nerviosa pensando en lo diferente que iba a estar Pamplona cuando me asomara por la ventana. Y así ha sido. Se nota en el ambiente. Amaneces el día 6, miras por la ventana y ya está, la ciudad ha cambiado. La gente ya no viste vaqueros, ahora todo son pantalones y camiseta blancos, zapatillas viejas y la faja anudada a la cintura. De vez en cuando pasa algún coche con la facha asomando por la puerta y algún guiri que no se ha enterado de que el pañuelo no se puede poner hasta que no estalle el cohete. Por cierto, que me he pedido ir a un camping a hacer un reportaje sobre australianos... ¡mi jefe ha flipado! pero es que me echo tantas risas con ellos... Pues eso chicas, que San Fermín ya está aquí y la ciudad se ha vuelto loca. Deberíais estar aquí para comprobarlo conmigo. Aunque no os creáis que voy a tener mucha juerga este año, no. De momento me pierdo el chupinazo porque a la una y media tengo que ir a un festival folclórico (apasionante, lo sé), así que no me quedará más remedio que verlo por la tele, con mi padre y mi abuela (apasionante también, lo sé) pero es que si no no estaría decente para ir al festival ese. En fin, mis amigas estarán ahí en medio del mogollón y luego se irán a comer/merendar/cenar. Con un poco de suerte, si salgo pronto del periódico, llego al postre. Así que nada, este año tocan sanfermines diferentes, veremos si mejores o peores. Os espero a todas en Pamplona, ¿eh?